Ciudad obrera - mas
“San Quintín, fue edificada sobre ambos bancos del Somme, como la antigua capital de Vermandois, era conocida por su manufactura y comercio de ropa y varias otras fábricas desde tiempos medievales. Antes de la Revolución, la industria del tejido de lino tuvo una considerable expansión. Al mismo tiempo había una producción estimada de 12.000 telas y 60.000 tejidos en la ciudad y sus alrededores.
La Revolución detuvo esta expansión, pero comenzó de nuevo lentamente al comienzo del siglo XIX. Los años alrededor de 1830 fueron considerados como el comienzo de la expansión industrial en Francia, y en ese tiempo, la industria pesada fue añadida al trabajo textil en San Quintín. Las diferentes máquinas de las factorías atrajo a gente de todos los rincones del país, y la población creció considerablemente…
La duración del trabajo diario era entre diez y doce horas. Era pagado diariamente como si fuera mercancía común. Además, si a esto se añade, el tiempo necesario para llegar a pie al trabajo, se toma conciencia de que la familia vive completamente desestructurada, y el tiempo dedicado al ocio, hay que deducir que la mayor parte no se encuentra en casa. Esto es típico de esta clase de industria que va creciendo y que separa la actividad económica de la vida de familia. Esta vida y trabajo condiciona a la gente, marcándola con la inseguridad, exponiéndolos a muchas enfermedades, el desarraigo y la miseria moral. San Quintín ofrece el ejemplo de ciudad industrial del siglo XIX.
Es realmente asombroso que el joven cura que llegaba de Roma con el bagaje intelectual que conocemos, tome camino hacia esta ciudad donde todo era totalmente desconocido. Fue un inusual encuentro que llegaría a ser extraordinario. León Dehon fue por su nacimiento, su cultura y sus gustos destinado a otros universos. Su obra más importante emerge de este encuentro. La fundación de su Congregación en el futuro está indisolublemente ligada con San Quintín, la que le da su nombre oficial: 'Sacerdotes del Sagrado Corazón de San Quintín”. (Yves Ledure, Pequeña Vida de León Dehon, París 1993, p. 53s.)