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Dondequiera que León Dehon pudiese probar y apreciar profundamente de la naturaleza se convertía en una experiencia religiosa. Es evidente leyendo sus diarios de viajes, pero ya el jardín detrás de la casa de los Dehon tiene una significatividad e importancia especial para León Dehon. De este jardín, en cuanto pequeño jardinero, flores y plantas para decorar su pequeña capilla y jugar a decir misa. En sus memorias él mismo escribe: "A edad temprana gusté la jardinería y siempre tuve mi pequeño jardín” (NHV I/6v).

Más detallada aún es la descripción de 1869, que con la conocida habilidad de Dehon para describir, los paisajes, los árboles y otros objetos del jardín se convierten en reales compañeros: "En la mañana y la tarde iba a mi vieja iglesia, y pasaba horas estupendas en el jardín recitando el breviario y con buena literatura. A veces paseaba alrededor de este lugar natal a la sombra de los nogales, de las acacias y castaños, a veces me sentaba en un banco rústico o en una silla de hierro al pie de viejos pastizales. Tenía por compañeros a los gorriones y jilgueros" (Verano 1869, NHV VI/165f).

No es extraño que el jardín se convierta en un paradigma en su enseñanza catequética. Un ejemplo maravilloso de esto se puede encontrar en una carta (quizá para nosotros, 100 años después la carta pueda sonar un poco exótica) de Abril de 1877 a su sobrina Marthe, un año después de su primera comunión.

"Mi querida Marthe,
Creo que hace ya casi un año que pasamos unos magníficos días juntos. Preparamos, entonces, un pequeño jardín, tu alma. Y, plantamos en el algunas flores deliciosas, buenas intenciones destinadas a recibir a Nuestro Señor. Esas flores, llenas de buenas obras, de buenas resoluciones. ¿Has mantenido aquella preciosas flores desde entonces? ¿O las has dejado marchitar y secarse? ¿Ese pacífico lugar está todavía maravillosamente decorado con las lilas de la pureza, las rosas del amor y las violetas de la humildad y la obediencia? ¿Todavía desciende el Señor Jesús a disfrutar de ese rico, decorado y tranquilo lugar? Para satisfacerme, basta que me pudieras decir que estás intentando hacer lo que puedes."

Una carta, que no sólo testifica el cariño de un tío por la sobrina, sino también un ejemplo de cuanto las propias experiencias de Dehon con la naturaleza han influido en su manera de hablar de Dios.

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